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Para este proyecto, pondremos en práctica todo lo que llevamos realizado hasta el momento. Exprimiremos al máximo nuestra investigación de campo para saber más acerca de la asociación de galgos que se encuentra en mi ciudad
Esta memoria recoge el proceso y los aprendizajes obtenidos durante mi investigación etnográfica. Esta se trata de una asociación de galgos dada en mi comunidad. A través de la observación, la participación y el uso de un kit de campo, he explorado las prácticas sociales, los objetos significativos y los espacios que configuran el día a día de esta comunidad, con el objetivo de comprender sus vínculos, necesidades y posibles aportes desde el diseño.
DESCRIPCIÓN DE LA COMUNIDAD
Mi investigación etnográfica se ha centrado en una comunidad formada por voluntarios y adoptantes de galgos rescatados. Esta comunidad está localizada en mi ciudad y gira en torno a una asociación que rescata galgos abandonados, maltratados o cullas familias ya no los quieren en sus hogares… La comunidad incluye tanto a los responsables de la asociación como a personas que colaboran de forma ocasional en paseos, cuidados, organización de eventos o simplemente comparten su día a día con otros adoptantes.
EXPECTATIVAS
Siempre me a llamado la atención la comunidad que se puede crear alrededor de un fin común. En este caso, me centré en observar de qué manera el amor y cuidado por los galgos une a las personas, cómo se crean vínculos entre ellas, como reaccionan ante las acciones cotidianas y qué papel tienen los objetos y espacios que comparten (la protectora, las correas, la comida…) También me pareció importante tener en cuenta las dificultades a las que se enfrentan y qué cosas echan en falta o qué desean para mejorar su día a día en esta comunidad.
METODOLOGÍA
Para esta parte del rpoyecto, ya tocaba utilizar mi kit de campo:
Cuaderno de notas
Móvil (para fotos y notas de voz)
Tarjetas con preguntas clave
Ropa cómoda para los paseos.
Antes de comenzar puse en contexto a la asociación y a las personas que me rodeaban para poder trabajar con libertad y con el consentimiento de la comunidad. Un punto a mi favor fué estar totalmente integrada en el grupo, ya que solo debí hacer un ejercicio extra con la ayuda de mi kit. La interacción fue natural, y asistí como de costumbre a los paseos colectivos, a las conversaciones cotidianas, y la preparación de la entrada de nuevos integrantes o de la salida hacia su nuevo hogar de alguno de los galgos.
En todo momento, sobre todo en la entrada y salida de los galgos, me mantube un tanto al magren por no interrumpir en su labor y respetar esos momentos tan íntimos y personales. Anoté todas mis observaciones en un diario de campo, donde reflejé desde comentarios espontáneos hasta actitudes, gestos o dinámicas grupales.
Los hallazgos de esta investigación revelan cómo una comunidad construye vínculos emocionales y sociales sólidos en torno al cuidado de los galgos. A través de los animales, de los paseos, de las donaciones..
IDENTIDAD COMUNITARIA
Esta comunidad se identifica como “una gran familia perruna”.
Dicha familia cuenta con un vínculo bastante especial no solo con los perros, sino entre las personas. Las relaciones están marcadas por experiencias, empatía, solidaridad, y sobre todo, amor por los animales.
PRÁCTICAS
Gacias a mi participación cotidiana con la asociación ya sabía bastantes patrones que siguen en su día a día. Sin embargo, gracias a poder observar más de cerca su trabajo he podido observar prácticas muy marcadas y cotidianas. A diario se realizan paseos en grupo, visitas a la protectora, charlas entre los voluntarios, recogidas de donaciones, salidas y entradas de nuevos miembros perrunos…
PROBLEMAS Y NECESIDADES
Gracias a las entrevistas que pude realizar a ciertos miembros de la comunidad, pude sacar en claro que el problema principal que en globa la asociación es la falta de visibilidad social y apoyo económico. Aunque hay mucho compromiso, los recursos son limitados y las urgencias constantes. También existe cierta frustración por la desinformación social sobre esta raza y el abandono masivo que sufren. Como dato relevante, en el tiempo que he asistido como voluntaria pero también como participante de dicho proyecto, he podido observar 3 rescastes, 2 abandonos y una salida en adopción.
Esta sección recoge las reflexiones personales que han surgido a lo largo del trabajo de campo. Más allá de la observación, ha sido un ejercicio de escucha, sensibilidad y cuestionamiento de ideas previas.
Gracias a este proyecto, he podido reafirmar y ser aún mas consciente de que esta comunidad no solo cuida perros, sino que también se cuida entre sí. Es un entorno donde el compromiso, empatía y generosidad son valores primordiales.
Entré con la idea de observar más de cerca las prácticas organizativas, pero he acabado con una visión mucho más humana y emocional. En este tipo de asociaciones muchas veces sobran las palabras entre los voluntarios, y son ellos mimsos con sus gestos y acciones quienes les dan el sentido a este tipo de proyectos.
También he aprendido a escuchar desde otro lugar. Escuchar no solo lo que se dice, sino lo que se intuye en los comportamientos cotidianos y en las repeticiones de ciertas rutinas. Me ha hecho pensar que muchas veces diseñamos sin detenernos a observar cómo viven las personas, como resuelven los problemas o como gestionan su día a día.
Además, he confirmado que el conocimiento etnográfico no solo sirve para comprender a los otros, sino también para cuestionar tus propias ideas principales. Me he dado cuenta de que muchas veces idealizamos o simplificamos realidades complejas, dando por hecho que entendemos lo que ocurre en determinadas situaciones sin haberlas vivido de cerca, y proyectamos nuestras propias ideas sin escuchar realmente a quienes las viven cada día. Participar de forma aún más directa con esta comunidad me ha hecho revisar mis propias creencias sobre el voluntariado, el vínculo especial entre los humanos y los animales y los pequeños gestos cotidianos que transforman la vida.
Esta memoria es solo una pequeña muestra de todo lo vivido, pero me ha permitido integrar mis herramientas como diseñadora con una mirada antropológica, más atenta, más sensible y más comprometida.
Como conclusión final, quería racalcar que realizar este trabajo de campo me ha recordado que observar con atención y respeto puede revelar vivencias y conversaciones que de otra forma pasarían desapercibidos. La convivencia con esta comunidad me ha demostrado que detrás de cada acción cotidiana hay mucho amor, constancia y esfuerzo. He descubierto que el diseño no solo puede resolver problemas prácticos, sino también visibilizar y dignificar formas de vida que muchas veces son ignoradas.
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