Debate1en Reto 1. ANTROPOLOGÍA EN EL DISEÑO

  1. Ana Belen Sánchez Beltran says:

    Hola Raquel, los anillos siempre suelen ser objetos importantes en nuestra vida, a parte de su valor monetario, que en algunos casos no es mucho, esta su valor sentimental, todos tenemos alguna historia especial con un anillo, y normalmente es por la persona que nos lo regalo o como lo obtuvimos. Es una pieza que además tenemos la posibilidad de llevarla siempre encima, y por eso le damos aún más importancia ya que esta visible par todo el mundo. En mi caso, tengo un anillo que mi bisabuelo le hizo a mi bisabuela con una pieza de domino.

    Los anillos los vemos reflejados en libros (como el «Señor de lo Anillos»), en leyendas (el anillo del Rey Salomón).. en la antigüedad, por ejemplo, los romanos se los ponían en la ceremonia de boda en la mano izquierda porque es la mano más cercana al corazón, en los pueblos nórdicos el jefe los otorgaba en señal por la valentía mostrada y la de la cultura japonesa que has mencionado no la conocía pero me parece interesante. Que en culturas y épocas diferentes se les otorgue tantos significados nos da una idea de porque le damos tanto valor.

    Me parece pues, que el objeto elegido es sumamente interesante para su estudio. Buen trabajo y que lo sigas disfrutando toda la vida.

    Un saludo.

     

     

     

     

     

     

Debate1en Reto 1 JUEGO DE LOS OBJETOS

  1. Carlos Herraiz Sanchez says:

    Hola! Me ha encantado leer tu análisis sobre el lápiz, especialmente por la conexión emocional que tienes con él y cómo se ha convertido en un objeto de colección con tanto valor sentimental para ti. Me ha parecido muy interesante cómo has abordado su evolución y su adaptación a la era digital sin perder su esencia para quienes, como tú, disfrutan del contacto con el papel.
    Yo también asocio el lápiz a la creación, ya que me encanta dibujar desde muy pequeño. Para mí, el lápiz es una herramienta de libertad, porque me permite plasmar ideas tal como señalas, sin miedo a equivocarse, corregir, borrar y volver a intentarlo. Es un objeto simple pero con un potencial infinito, que puede dar forma tanto a un texto como a un boceto improvisado como a una gran obra de arte.
    Algo que me ha hecho reflexionar es cómo el lápiz, pese a su aparente sencillez, sigue reinventándose. Un ejemplo es el de los lápices con semillas, que no solo permiten escribir, sino que, al final de su vida útil, pueden plantarse y convertirse en árboles o hierbas aromáticas. Me parece una forma preciosa de cerrar el ciclo de un objeto tan ligado a la creatividad y la naturaleza.
    Es increíble cómo un objeto tan cotidiano puede ser, al mismo tiempo, una herramienta de expresión, de identidad y hasta de sostenibilidad.